Famosa por la claridad de sus aguas, el encanto de los pueblecitos marineros y la gran cantidad de playas galardonadas con Bandera Azul, la Costa Blanca – así se llama a la costa del Mediterráneo que baña la provincia de Alicante – se extiende desde Dénia, en el norte de la provincia, hasta Pilar de la Horadada, al sur, con un total de 244 kilómetros de playas, calas y acantilados sencillamente espectaculares que merece la pena visitar.
Esto hace que Alicante sea uno de los mejores destinos para aquellos que buscan unos días de relax al sol, en los que disfrutar de la brisa marina, el sonido de las olas, un baño en el mar y la gastronomía alicantina.
Altea, Benidorm, Benitachell, Campello, Calpe, Jávea, Torrevieja… Son muchos los destinos de playa a lo largo de la provincia y, en muchos de ellos tendrás que elegir entre playas de arena o de piedras. ¿Con cuál te quedas?
Playa de arena o de piedra, ¿con cuál te quedas?
Las playas pueden ser de arena o de piedra, ya que el agua del mar es la que trae los sedimentos a la orilla y forma la playa. Cuanta más fuerza tiene el agua, más posibilidades habrá de que la playa sea de piedras, ya que más grandes serán los sedimentos que lleguen a la orilla.
En cuanto a cuál es mejor, todo dependerá de los gustos de cada uno. La playa de arena es más blanquita y suele estar más limpia, y además suele ser más cómoda, ya que es más fácil caminar por ella, de ahí que sea ideal para ir con niños pequeños, que podrán jugar sin ningún riesgo.
En cambio, las playas de roca son perfectas para los que odian la arena (que son muchos), y tienen la ventaja de que no te manchas los pies ni tienes que preocuparte por el viento, teniendo la tranquilidad de que no se te manchará la toalla de arena. Eso sí, andar sobre las piedras es más complicado e incómodo, de ahí que sea recomendable llevar siempre unas chanclas o escarpines, especialmente para bañarte.
Las 4 mejores calas en Alicante
Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, pero, dado que son más desconocidas, te vamos a mostrar las 4 mejores playas de piedra en Alicante, que harán tus delicias si eres de los que van huyendo de la arena.
1. Cala Granadella
Una de las más bonitas de la provincia y de toda España, Cala Granadella es una espectacular cala de piedras y apenas 160 metros de longitud, que se caracteriza por sus aguas cristalinas y entorno natural.
Una joya para los amantes del mar y la naturaleza, se encuentra al sur de Jávea, y es un tesoro oculto que tiene la esencia paradisíaca de la Costa Blanca, y ha sabido mantener su encanto y autenticidad, ofreciendo un ambiente acogedor y relajado que te conquistará.
2. Cala Racó
Una de nuestras favoritas es la Cala Racó, en Calpe, situada junto al imponente Peñón de Ifach, en un entorno único que le brinda una estampa espectacular.
También conocida como Cala del Sur, está resguardada por el espigón del puerto deportivo y las rocas del Peñón, lo que le otorga un encanto especial que hace que sea una de las favoritas de aquellos que buscan tranquilidad y privacidad.
3. Cala del Xarco
A medio camino entre Villajoyosa y El Campello se encuentra la Cala del Xarco, una preciosa playa de piedras bastante aislada de la ciudad, cuya principal ventaja es que de todas, es la menos masificada.
Pet friendly, la Cala del Charco te permitirá ir con tu mascota, siendo habitual que esté repleta de peludos refrescándose en sus aguas cristalinas y disfrutando en un entorno prácticamente natural.
4. Cala Racó del Conill
De visita obligada, la cala el Racó del Conill es una preciosa playa natural que es un destino idílico para los amantes del nudismo, así como la Cala de l’Esparrelló, que está justo al lado.
Situada a la entrada de Villajoyosa, es un refugio natural de aguas tranquilas en el que está permitido el nudismo, protegido por el Ayuntamiento de la Vila Joiosa, que ha establecido una serie de normas para preservar la esencia nudista.
5. Cala Ambolo
También catalogada como nudista, la Cala de Ambolo se caracteriza por los preciosos tonos turquesas de sus aguas, así como por ser una playa natural mucho más salvaje, cuyo acceso es bastante complicado.
En Jávea y con 300 metros de longitud, el nivel de ocupación de esta cala no es muy elevado, principalmente porque el coche hay que dejarlo bastante alejado y hay que andar unos 15 minutos para llegar a ella. Aunque, en nuestra opinión, merece y mucho la pena.
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